miércoles, 8 de diciembre de 2010

Capítulo 25

¡ATENCIÓN!
Durante este capítulo los cambios de narradores se señalarán mediante paréntesis.
¡Gracias por leer!
(Camila)

Ivana y yo nos encontrabamos en la puerta de la clínica. Ella bebía su café mientras miraba a la gente que estaba allí, la mayoría con malas expresiones. Hace un rato...la expresión de Tom era similar, y yo tenía la culpa.
-Se supone que...¿yo voy a convivir con Tom?
-Digamos que sí...ellos dos no se van a separar nunca.
-Por supuesto, y no quiero ser la que los separe, lo único que me falta es que Tom me odie por eso también...
-Jamás sucederá eso, porque ellos prometieron permanecer juntos por el resto de sus vidas. Ninguna mujer intervendrá entre ellos...es algo bastante extraño de comprender para una persona que no tiene un hermano gemelo.- Ivana los entendía perfectamente, había estado acompañándolos durantes años, en las diferentes giras que habían hecho.
-Lo sé, pero...no sé si Tom podrá tolerar mi presencia.
-Es lógico que tenga tanta bronca con vos...para él, vos sos la culpable. Puede que se le pase...pero puede que no. Con el tiempo te vas a dar cuenta. Eso sí...hay una cosa que debés saber.
-Decime...
-Si los disturbios con Tom no paran, y en la casa no paran de discutir o pelear...Bill podrá tomar medidas algo drásticas.
-¿Medidas drásticas? ¿Bill? ¡Por favor!
-Sí...creéme, los conozco muchísimo. Bill no tolera que nadie le falte el respeto a su hermano. Es capaz de...
-¿De olvidarse de mí? Ivana, él me ama...y yo también.
-No lo entendés porque no tenés un hermano gemelo, es simple. No toleran ninguna falta de respeto, ninguna agresión...ellos están primero, y debés saberlo, antes de arriesgarte.
-Ivana, yo sigo siendo fan de Tokio Hotel, y sigo amando a Tom como el gran guitarrista que es...no voy a pelearle ni a insultarlo, porque para mí sigue siendo Tom Kaulitz.
-Eso lo tengo claro...pero todo esto puede ser más fuerte que vos.
-Lo único que es más fuerte que todo aquí... es el amor que yo siento por Bill.
-Te estás equivocando...¿acaso no escuchaste lo que dije anteriormente? ¡Los gemelos están primero!
-Estás mezclando las cosas...Bill es mi novio, mientras que ellos son hermanos.
-Sí...¡pero hermanos gemelos!
-Hermanos en fin...
-He conocido gente que tiene un hermano gemelo...y pude comprobar que hay una conexión, una química...que ningún otro ser humano puede alcanzar. Es...bastante inentendible. ¡Prácticamente se leen los pensamientos!
-Lo entiendo perfectamente. No voy a pelear con Tom. Además, estoy segura de que él me peleará a mí.
-¿Ah sí? ¿Te pensás que no le importa Bill? Tom no te peleará porque sabe que a Bill eso lo hiere...¿entendés?
-Ya vamos a ver...
-Lo único que quiero es que permanezcas acá con Bill. Pero...te estás arriesgando.
-Me arriesgué muchas veces...y siempre terminé escapando. Esta vez...¡no!

(Tom)

Tranquilo...tranquilo. ¡Tom, te vas a comer los dedos! Uñas, piel, pellejos...todo lo que sea comestible pasaría por mi boca sólo para calmar mis nervios. Nadie me avisaba nada, Camila estaba afuera y pronto volverá, el médico no abre las puertas de una buena vez...¡estoy pintado al óleo! Nadie parece percatarse de mi presencia.
Lo acepto, yo había elegido estar sólo...pero me estoy refiriendo a los médicos. "Señor, ¿quiere una taza de café?" "Señor Kaulitz, el médico tiene novedades para usted" "Señor, puede trasladarse a la habitación y acompañar a su hermano, tiene un sillón-cama allí". No...nada. Todos los meses pagamos cientos de euros para tener una prepaga buena, con todas las comodidades que una persona necesita. Pero no...ni siquiera se dan cuenta de que hace apenas unas horas yo estaba a punto de morir porque no sabía si mi hermano se iba...o se quedaba aquí conmigo.
A todo esto, debemos sumarle la hermosa y agradable presencia de mi gran amiga...Camila. Sí, el sarcasmo es definivamente...mi mejor aliado.
El día de hoy era tragicómico. Por un lado, Bill recuperándose, y por el otro, esta imbécil fingiendo preocupación por mi hermano gemelo. ¡Claro! Se mostró muy interesada en él...¿no? Por eso me llamó cien veces. Hmm...¡ah no! ¡eso no sucedió! ¡no me llamó ni una sóla vez! Pero que confundido que estás hoy Tom...
Yo la había llamado para contarle las novedades, para decirle que viaje lo antes posible. Si era por ella...Bill hoy estaría muerto.
Estoy seguro que ella quería que eso pase. Quiere aprovecharse de él...quitarle su dinero, sus pertenencias. Pero se está olvidando de una persona cuyo nombre empieza con "T". Hmm...el hermano, claro.
Ella es tan ilusa, tan mediocre y básica...que seguro sigue pensando que yo soy el mujeriego que sólo rasguea las cuerdas de una guitarra y se acuesta con mujeres. Obvio...compra lo que vende el negocio. Pronto se enterará de que no soy aquel hombre que ella cree conocer. Puedo ser sensible, tierno, dulce y hasta sumamente cariñoso...pero con la gente que quiero y realmente amo. Bill es una de esas personas. Entonces...suena bastante lógico mi pensamiento. Nadie se mete con mi hermano...porque salís mal...muy mal.
Eso fue lo que hizo Camila. Se metió con mi hermano...y no va a parar hasta destruírlo, lo sé. Quiere sus bienes...y acostarse con él, para luego dejarlo tirado, destruído y completamente herido. Pero su plan no va a resultar tan sencillo...no con mi presencia.
La peor parte...¡mi hermano está completamente enamorado y anonadado con ella! Cuando se recuperó y pude hablar con él...nombré a Camila y sus ojos brillaron con una luz que pudo haberme cegado.

-Señor Kaulitz...- ¡El médico! Sí...el que me dice "señor" cuando sólo tengo 21 años...claro.
-Dígame doctor...¿cómo está mi hermano?
-Está bastante animado...pudo comer algo de lo que la enfermera le dió...pero no mucho, porque no fue de su agrado.
-¿Qué le dieron de comer?
-Lo que le damos a todos los pacientes que salen de una recuperación como ésta...sopa.
-¿Sopa? Doctor...mi hermano odia la sopa.
-Es la única opción. Sin embargo comió algo...unas cucharadas al menos.
-Y...¡no quiere desaparecer! Él ya es sumamente delgado por naturaleza y encima debe comer sopa todos los días...
-Hasta que termine de recuperarse, señor Kaulitz.
-Bien...¿y el alta?
-Eso justamente es lo que debo decirle. Le aconsejamos dos días de reposo, aquí en la clínica, y luego podrá trasladarse hacia su hogar.
-Dos días más...
-Escúcheme...no pude evitar notar que usted permaneció aquí todo el tiempo. Sólo salió un momento para fumar un cigarrillo cuando ya estaba seguro de que Bill estaba bien. ¿No quiere ir a su casa y comer algo?
-No, no...para nada. Yo me quedaré aquí.
-Pero señor...su hermano ya está bien, y...
-¡Nadie me mueve de aquí!
-Está bien...si usted lo dice.
-¿Puedo ver a Bill?
-Sí, puede verlo y también puede trasladarse para estar allí con él. Lo trasladamos a una habitación para su buena recuperación. Hay un sillón, una mesa y sillas. Póngase lo más cómodo que pueda...
-¡Al fin! Aunque dudo lograr ponerme cómodo en un hospital...pero lo intentaré. Gracias doctor, lo veré luego.

Por un momento parecía estar soñando. Me estaban dando lo que quería. Bueno, no era mucho...¿no? Ver a mi hermano y poder estar allí con él...sin molestia alguna.


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