sábado, 13 de noviembre de 2010

Capítulo 20

¡ATENCIÓN!
Durante este capítulo no habrá un único cambio de narrador, sino, VARIOS. Estos mismos serán indicados mediante paréntesis, con el nombre de la persona que relatará. Por ejemplo, si comienza a narrar Camila, se podrá ver: (Cami).
¡Gracias por leer!
(Cami)

La noche pronto terminaría. Cuando llegue al aeropuerto probablemente sea la mañana. Ni siquiera sabía a qué hora saldría mi vuelo, dónde tendría que ir, con quién tendría que hablar. Confiaba en Tom y en lo que me había dicho. Según él, <todo estaba calculado> y cuando alguna persona encargada de la gerencia del aeropuerto me viera <sabría inmediatamente que Tom Kaulitz había ordenado que esa persona viaje a Alemania lo antes posible>
Él realmente era una de las personas más buenas que conocía. Me odiaba, eso quedaba claro, pero sin embargo, hacía lo posible para salvar a Bill. Según él...yo era la última esperanza. Realmente no sé con qué cara lo miraría, cómo haría para hablarle a Tom...¡La última imagen que había tenido de mí había sido la de la peor persona del mundo, abandonando y dejándo a su hermano de una manera muy egoísta!
Pero lamentablemente el daño ya está hecho, y nada puede hacerce para remediarlo. Si Bill se salvaba...yo le daría mi vida, lo prometo. No me importa nada, ni mi madre, ni mi país, ni mi familia entera...¡sólo él! Acepto que extraño muchísimo a mis amigas...pero no me atreví a llamarlas. Ellas habían intentando comunicarse conmigo varias veces, pero yo había tenido qe dejarlas tan descaradamente que me daba vergüenza hablar con ellas. Pensarían que soy la peor persona del mundo. En fin... todos piensan eso...ya no importa.

Entre tantas palabras y debates internos, finalmente las dos horas de viaje habían pasado. Aboné con la plata de mi madre, y bajé del auto. Cada vez más cerca del cambio...cada vez más cerca de mi amor.
Ingresé al aeropuerto. Era un lugar realmente enorme y yo no sabía dónde ir. Me quedé parada mirando para todos lados. Sentía que todos me miraban.
-Señorita...- Un hombre me tomó por sorpresa.
-Sí...yo...estoy esperando a...no, en realidad, yo...- Bien. Era la peor mentirosa del universo.
-Sé que no está esperando a nadie y sé muy bien quien es. Estamos informados por el Señor Tom Kaulitz. Sígame, su vuelo sale en minutos.- ¡Perfecto! Tom tenía razón...estaría todo resuelto.
-¿Tan...tan rápido?
-Sí...el muchacho dijo que usted debía tomar el vuelo lo más pronto posible...¿no es así?
-Sí, sí...así es, muy bien.-Exacto. Lo más rápido. Era como una carrera. ¿La meta? La vida de Bill.

Bien, el tiempo se acortaba. Ahora sólo quedaba subirme al avión y simplemente volver a ser yo misma. Espero...espero que esté todo bien en la clínica. Si no era así, yo no podría volver a vivir como una persona normal. Primero, el sentimiento de culpa sería tan grande que mi conciencia se rompería en mil pedazos. Segundo, si Bill moría...entonces mi espíritu, mis ganas de vivir y mi alegría...también.
No era tiempo de pensar, de debatir. Sólo debía tomar el avión y tener un sólo objetivo en mi mente: Él. Estaba preparada para arriesgarme por completo, para traicionar a todos mis seres queridos, para abandonar a mi madre, a mis amigas. No me importa que me llamen <egoísta>. Simplemente quería experimentar lo que es la felicidad y lo que se siente estar enamorada, junto a la persona que ocupa tus pensamientos durante las 24 horas del día. ¿Acaso era pecado? Y si lo era...júzguenme, ya no me importa nada más.

(Tom)

-¡Hey! ¡Doctor! ¡Doctor! ¿A dónde se lo llevan? ¡Quiero ir! ¡Quiero...
-¡Es la última vez que le digo que se calme! La enfermera lo llevará a la sala de espera. Es una situación de emergencia señor, no puede permanecer en la sala.- ¿Los médicos se entrenaban para ser tan fríos? Se están llevando a mi hermano y ni siquiera son capaces de informarme acerca de lo que sucede. ¡Bestias!
-¡Pero dígame que mierda es lo que pasa con mi hermano!- Mis nervios eran prácticamente ficticios. Nadie me frenaría, nadie me controlaría.
-El paciente está sufriendo una gran recaída. Su sistema coronario y su sistema respiratorio no están del todo bien, ya que las píldoras ingeridas lo dañaron de gran manera. Sólo necesitamos paciencia y tranquilidad...trataremos de poner lo mejor de nosotros para que el joven sobreviva. Pero...
-¿Pero qué?- Odiaba los peros.
-Pero no confíe, no se ilusione plenamente, porque es un asunto muy delicado...y es cuestión de suerte. Es muy difícil su situación. Esto podría ser el golpe final...¿comprende?

El golpe final...sin duda el más duro y fuerte de todos. Era como una embestida que hacía presión sobre mi pecho, sobre mi mente, sobre mi conciencia. Bill estaba cada vez más cerca del final. Mi vida iba en caída libre...porque todo salía mal. No me importaba mi dinero, mi carrera, mi belleza, nada...¡estaba perdiendo a mi hermano, y eso es lo único que me importa en esta vida cargada de mentiras! Mi teléfono no paraba de sonar. Georg, Andreas, mamá, papá, Gustav, familiares que viven a más de cien kilómetros de distancia...todos querían ver a Bill, verme a mí. ¡Pero no! Quiero estar sólo...no me importa que sea una carga enorme para mí. Lo mejor en estos momentos es estar hablando con uno mismo,  relfexionando interiomente...para preparse individualmente para lo que podía venir...lo peor.
Debía aceptar la realidad, la oscura, fría y dolorosa realidad.

-¿Señor, me escucha? - Me había tildado por completo.
-Sisi...disculpe doctor...es que estoy estresado, no...no puedo más.
-Entiendo su situación, por eso le pido que se calme, que tome asiento. Apenas tengamos una novedad, cuente con mi palabra. Lo prometo.
-Bueno...muchas gracias, y por favor...- No, por favor no, el doctor dijo que era <cuestión de suerte>
-Dígame Señor Kaulitz...
-No, nada, olvídelo.- Mis palabras eran inútiles.
-Bien...iré con el equipo de médicos. Veremos que podemos hacer. Quédese tranquilo, tómese un café y siéntese. Es lo único que se puede hacer en estos momentos...esperar.
-Sí, lo haré...me quedaré esperando...saldré a fumar un cigarrillo y beberé un café. Eso me tranquilizará.
-Lo veo luego, señor...
-Adiós doctor...gracias.

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