miércoles, 27 de octubre de 2010

Capítulo 11

¡ATENCIÓN!
Recuerden que Bill seguirá narrando los capítulos hasta un nuevo cambio de narrador. 
¿Cómo poder explicar un estado de felicidad tan grande? ¿Cómo describir mediante palabras esta sensación de estar cada minuto más loco por una persona? Es imposible. Imposible de decirlo con palabras, con gestos, o mediante un papel. Yo creo que en estas ocaciones el silencio es suficiente. Si alguien te conoce bien, con tan sólo una mirada podrá entenderte. Por supuesto, no será mucha la gente que entienda que me enamoré en un día. Pero...tampoco es mucha la gente que se ha ganado mi confianza.
Cada vez que ella sonreía, mi mundo sonreía a la paz. ¿Qué más se puede pedir? Tengo una familia hermosa, una carrera exitosa, y ahora...una princesa para acompañarme en esta vida.
Es obvio que no todo lo que reluce es oro. Mi familia era hermosa, pero habíamos pasado por momentos difíciles cuando papá se fue. Tom y yo sólo teníamos 7 años. Mamá se enamoró de otro hombre. Al principio fue duro tener una persona en casa que no sea papá, pero, Gordon resultó ser una persona inigualable. Él me enseñó muchas cosas relacionadas con la música. Le prestaba sus guitarras a Tom, y siempre, nos decía que debíamos seguir nuestro sueño...sin importar los que digan los de afuera.
Y si hablamos de la carrera exitosa...bueno, tuvimos altibajos y subidas rápidas. Un día te aman, al otro día de bombardean con una noticia en un diario. Luego de un tiempo ya se hace costumbre. Pero algunas cosas duelen. Y duelen mucho. Yo no soy del todo inmune a lo que dice la gente de mí, y nunca lo seré. ¿No creen que es difícil tratar de sonreír frente al lente de una cámara cuando muchos, sólo buscan hundirte? Es durísimo. Hay que tener una armadura de hierro para entrar en el negocio de la música. Yo no la tenía puesta, pero sí tenía a personas que me cuidaban y no dejaban que todo esto me afecte y me angustie gravemente. Mi madre, mi hermano, mi padrastro...mi mejor amigo, mis amigos...¿Y ahora? Ahora se sumaba mi muñeca.
Ella me reviviría. Ella sería la encargada de darme lo único que me faltaba en esta vida. Amor de pareja. Cada minuto que corría en el reloj, me servía para darme cuenta de lo que ella había hecho por mí. Había dejado todo. Había abandonado a su familia, a sus amigas, a su hogar...¡A su país! Todo. Lo había dejado todo por mí. Y eso yo lo valoraba como nadie, por que sabía que no se encuentran personas como ella.
Al principio, cuando rechazó mi propuesta, el mundo pareció caerse sobre mi cuerpo y aplastarme. No podía salir. Estaba atrapado. Sólo quería que cambie de opinión. Mis manos se movían solas, temblaban. No podía parar de llorar. Era un dolor punzante en mi pecho que no me dejaba respirar. Es que...no, una vez más no. El amor no se escaparía esta vez.
Y luego, cuando finalmente aceptó...volví a nacer. Me volvió el alma al cuerpo. No sabía si estaba soñando...o si en verdad había dicho que sí.

Luego de un viaje tan largo, uno sólo quiere dormir, dormir y...dormir. Quería llegar a casa, arrojar mi bolso sobre el sofá, e ir a dormir. Pero hoy sería distinto. Hoy dormiría con alguien a mi lado. Ese alguien era mi muñeca. Y mañana...cuando despierte y la vea a ella entre mis brazos, cubierta por las sábanas...seré la persona más feliz del mundo.
Bajaré y desayunaré con ella y con Tom. Él pronto encontraría también a una chica. Él debía...debía ponerse en plan serio y cambiar de actitud. Pero, esperaré, no lo quiero presionar más. Cuando él sienta que está decidido a cambiar y a no ver a las mujeres como un par de atributos...ahí será distinto. Estoy seguro de que él puede hacer feliz a cualquier mujer.

¡Oh! Sí...lo se. Hablo mucho. Me lo han dicho todos. Es sólo que...a menudo tengo muchos debates internos, discuciones conmigo mismo, peleas entre mi razón y mi corazón...en fin.

La banda, mi princesa, y yo, estábamos en una limusina parecida a una combi, camino a nuestras casas. Tom y yo vivíamos en Loitsche, en una casa realmente grande, con grandes árboles y plantas rodeándola. Nosotros teníamos la idea de vivir cómodos, sin necesidad de gastar dinero porque sí. No teníamos necesidad de vivir de puros lujos, nadando en euros y bañándonos en oro. Nuestro lema siempre fue "Preferimos la calidad, antes que la cantidad". Y eso nunca cambiaría.
Cami estaba realmente cansada. Se había recostado sobre mi pecho. Eso me encantaba...ya que podía observar su belleza en todo su esplendor. Sólo para mí, y nada más que para mí.
Del aeropuerto de Frankfurt hacia Loitsche la distancia era bastante larga. Pero el tránsito no era demasiado y pudimos llegar bien. Dejamos a los chicos en sus casas. Sólo quedábamos, el chofer, Tom, mi muñeca, y yo.

Dios...¡Qué sensación tan reconfortante haber bajado del vehículo! Debo decir que mi trasero dolía un poco. Entre en viaje en avión...y esto...mi trasero quedaba totalmente aplastado. La única parte mala del viaje.
Saludamos al chofer y nos dirigimos hacia la puerta de casa. Yo caminaba de la mano con ella. Tom me hacía señas cargándome por ser un tortolito enamorado. Totalmente orgulloso de serlo, y más si era por ella.
Mi hermano sacó sus llaves del bolsillo. Las introdujo dentro de la cerradura y giró el picaporte. La cara de asombro de Cami fue increíble.
-It's...awesome!- Qué bonita...le gustaba nuestra casa.
-Thanks sweety...- Me molestaba no poder comunicarme con ella facilmente. Tendría que llamar a Ivana o algo. En inglés yo no podía transmitirle todo lo que en verdad sentía.
Un beneficio de ser famoso, es el de tener varias mucamas que sólo quieran atenderte, servirte, y malcriarte. Por eso...no quedaba nada más que relajarse. Las valijas las bajarían el personal de la casa. La ropa, la colocarían en mi armario a la perfección. Y si es necesario...me prepararían un buen baño con sales y aromas para un buen reláx después de un viaje tan extenso. Bueno...no es que me quiera abusar...pero, cuando uno es famoso, las cosas cambian.
Hoy dormiría con mi bebé. Hoy sería la mejor noche de toda mi vida. Gracias a ella, y nada más que ella.

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