domingo, 31 de octubre de 2010

Capítulo 16

¡ATENCIÓN!
RECUERDEN QUE CONTINÚA NARRANDO TOM.
¡Gracias por leer!
Esas dos palabras embistieron tan fuerte en mi pecho...que pensé que se quebraría en mil pedazos. Estaba claro, la realidad era una y la tenía frente a mis ojos. Mi hermano estaba decidiendo su destino. ¿Se quedaría? ¿Se iría? Nadie lo sabe. Ni siquiera los médicos.
Pero hay algo, que lo tenía confirmado desde hace ya mucho rato. Yo no podía vivir sin mi hermano. Si él se iba, entonces yo lo acompañaría.
Habíamos nacido juntos. Habíamos estado juntos durante toda la vida. Teníamos un sueño, y lo habíamos cumplido. Era...era la mejor época de la banda. ¿Y ahora? Si él se va, no me queda nada.

Los médicos colocaron a Bill en la camilla. Jamás pensé que esa imagen se grabaría con semejante violencia en mi cabeza. Mi hermano gemelo con algo así como una máscara de oxígeno que le tapaba prácticamente todo su rostro. Estaba pálido. Él era pálido. Pero esta vez...no era por su piel, no era por su maquillaje. Era por la falta de oxígeno.
Los médicos cuidadosamente trasladaron a Bill hacia la puerta de nuestra casa. La ambulancia lo esperaba.
-Doctor...yo voy con él.- Iría con él en la ambulancia. Jamás lo dejaría solo.
-Está bien...pero, algunas imágenes pueden afectarlo Señor Kaulitz.- ¿Algunas imágenes? ¡Había visto suficiente como para horrorizarme!
-Doctor...con todo respeto..¡Yo encontré a mi hermano tirado en su habitación, prácticamente muerto, con un frasco de pastillas en la mano... ¿Y pretende que me afecte ver un tubo de oxígeno?
-Entiendo...¿Tiene más familiares el paciente?- Tiene a todo un mundo alrededor suyo, si es que él lo desea, pero en estos momentos, yo sé que Bill no querría que nadie esté a su lado, sólo yo. Siempre lo decía. Siempre decía que en la familia, yo siempre estaría primero.
-Sí...tiene madre, padrasto, y todo lo que usted quiera...pero eso dejémoslo para después...ahora sólo vayamos al hospital, por favor.- Vayamos...a acompañar a Bill en esta lucha. Él sólo no podía.

Finalmente subimos a la ambulancia. Viajábamos a una velocidad alucinante. Eso quería decir...que Bill estaba cada vez más lejos. Yo estaba a su lado, mientras los médicos conectaban decenas de cables y tubos en su pecho, en su nariz. Lo tomé de la mano.
-Cada vez que dí un paso, estuviste ahí para dar el segundo conmigo. Entiendo que es difícil querer empezar todo de nuevo...pero, hay personas que te quieren y que te valoran mucho más que esa muchacha.
Ni siquiera me atrevía a nombrarla. Ella lo estaba matando. Si yo no hubiese llegado a tiempo a su habitación, Bill habría muerto. Todo había sido por la cobardía de esa joven. Prefería volverse...prefería rendirse...prefería defraudar y matar lentamente a mi hermano. Seguramente ya habrá pisado suelo argentino. Espero que pague por esto...porque sobrepasó un límite descomunal. No había derecho a lastimar a mi hermano de esta manera. En ningún momento se arrepintió de irse, de tener que marcharse, de tener que abandonar al supuesto amor de su vida. Sólo...¡sólo un poco de corazón, por favor! Tenía a mi gemelo llorándo y temblando...sufriendo. Nada ni nadie hubiese podido reparar el dolor que Bill sintió en ese momento. Es por ello, que hoy está aquí, en una camilla, entubado, con tres médicos intentando salvarle la vida.
Camila probablemente piense que esto fue un juego de niños. "¡Oh, fantástico, voy a conocer a mi ídolo!" "¡Waw, podré sacarme mil fotos con él, conocer su intimidad, saber que hace durante el día!" Estoy seguro que podía leer su mente. Era...era tan mediocre. Y mientras ella pensaba eso...mi hermano se estaba enamorando. ¿Pequeña diferencia, no? La joven juega a enamorar a su ídolo, mientras que Bill se encadena a ella. Buena jugada...de cobarde.
Estoy harto, exhausto, cansado, agotado. ¡Déjenlo en paz!
Pero no...al parecer, nadie comprende este mensaje, y mucho menos Camila. Me encantaría llamarla, y decirle todo esto que siento. Sólo necesito su número.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la fuerte frenada de la ambulancia. Al fin...habíamos llegado a la clínica.
Todo ocurrió en cortos minutos. Lo trasladaban en la camilla hacia emergencias. Yo sostenía su mano, como siempre lo había hecho durante toda mi vida.
-Sos fuerte Bill...no te rindas...vas a salir de esta, porque nada es imposible. Sólo que hoy...tendrás que hacer un esfuerzo un poco más grande.- Los médicos seguramente pensarían que yo estaba loco. Pero no. Yo se que Bill me estaba escuchando.
Llegamos a la sala de emergencias. Una enfermera me tomó por sorpresa.
-Señor, no puede pasar...- ¿Qué no puedo qué? Siga soñando señora.
-Lo siento mucho, pero debo pasar. Es mi hermano gemelo. Soy el único familiar aquí presente.- ¡No lo dejaría sólo!
-Por favor señor...retroceda, no puede pasar, está prohibido.- ¿Ahora me venía a hablar de reglas? ¿Mi hermano estaba muriendo y ella me hablaba de qué debía hacer y qué no? ¡Por favor!
Saqué de mi bolsillo unos cuantos euros. La miré fijamente. La señora guardó silencio y tomó el dinero. Las cosas funcionan así. Son básicas. La gente es pura mierda, hasta que se le abrillantan los ojos que reflejan el brillo de un billete. El dinero no me importaba. Sáquenme todos mis billetes, todos mis bienes...quítenme la vida, si es necesario, pero por favor...no me quiten a mi hermano.

Ingresé a la sala. Le habían colocado un respirador artificial.
-Señor Kaulitz...- El médico giró hacia mí.
-Sí, digame doctor...- La última vez que había dicho eso, me había destruído por completo. Es por eso, que realmente ahora sentía miedo de la frase que podría venir.
-Le haremos un lavaje de estómago. Intentaremos quitarle la cantidad más extensa de sustancias que tenga en su estómago. Lamentablemente, el paciente ingirió pastillas que actúan prácticamente en minutos. Y lo peor...es que consumió una cantidad brutal. Esa cantidad de pastillas dormirían a un caballo en tres minutos...¿me comprende?- Una completa locura...
-Comprendo...comprendo absolutamente todo. Por favor doctor, haga lo posible para salvarlo. Yo...yo no puedo seguir sin él. Es...es difícil de explicar.
-Haremos lo posible. Lo trasladaremos a terapia intensiva, para hacerle el lavaje y los estudios correspondientes. Puede despedirse de su hermano antes de dirigirlo hacia el piso de arriba...
-Bien...pero de todos modos, estaré en terapia intensiva. Esperando cualquier novedad. Por favor, cualquier avance o cualquier retroceso...dígamelo. Su vida es la mía.
-Usted será informado acerca de cada mínimo detalle...no se preocupe. El parte médico lo daré más tarde.

Y al finalizar nuestro diálogo sólo se alejó. Me dirigí hacia la camilla, para despedirme de Bill antes de que lo trasladaran a Terapia Intensiva.
Tomé una silla, la coloqué junto a él, y lo tomé de la mano.
-Hey...quiero que me escuches bien lo que voy a decir ahora, ¿sí? Yo se que todo esto es muy difícil. Se que probablemente creas que nada tiene sentido sin ella. Pero...estoy seguro de que las cosas se pondrán mucho mejor. Y para verificar eso, sólo tienes que luchar. Luchar para volver a ser Bill. Debes...debes volver a ser mi pequeño hermano. Ese que tolera todas mis bromas, todos mis enojos...simplemente, debes volver a ser la persona que siempre guiará cada paso que yo esté por dar. No puedo estar con los pies sobre la tierra si vos no estás acá conmigo. Es imposible sobrevivir sin vos. Sos mi hermano, mi hermano gemelo y mi mejor amigo. Por favor...no te rindas. Sos fuerte, sólo que hoy...no pudiste más. Creo en vos, creo en tus fuerzas, en tu voluntad, y se muy bien que sos un luchador de la vida...y que hoy, vas a tener que poner el dobre de esfuerzo. Pero sos capaz. Sos capaz de todo. Sólo con un poco de ganas...vas a lograrlo. Y quiero que sepas, que yo voy a estar siempre acá sentando al lado tuyo, porque jamás vas a estar sólo en esta lucha. Siempre mi mano va a estar sobre la tuya, protegíendote, cuidándote...porque...para eso están los hermanos, ¿no?
-Señor...- La voz del médico me había interrumpido.
-Ya voy...y la última cosa Bill...vos siempre me enseñaste que debía superar los obstáculos que la vida me presentaba. Ahora, yo te digo a vos, que pongas tus mayores fuerzas para salir de esta mierda. Jamás te olvides la manera en que te amo idiota...¿sí? Hermano chiquito.
Siempre lo llamaba así. Por supuesto, en broma. Hermano chiquito, enano (Sí, aunque mida 1.90 para mí siempre sería mi enano), idiota, virgen, entre otros.
Saludé al médico y la camilla me pasó por al lado. Se iba, se iba a seguir luchando por su vida.
Cada vez que yo me levantaba...lo veía caer. Pero era tiempo de levantarse. Era tiempo de que los dos estemos de pie. Y él...él era muy fuerte como para lograrlo.

1 comentario:

  1. nononoonono u.u Bill no te muerasssss !!!!!!
    uii ya quiero saver que pasa en el proximo cap !!!

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