domingo, 31 de octubre de 2010

Capítulo 13

¡ATENCIÓN!
Nuevamente se efectuará un cambio de narrador. En el capítulo de hoy, será el turno de BILL.
¡Gracias por leer!
El desayuno había sido espectacular. No por el desayuno en sí, si no, por la companía. ¿Había algo mejor que despertarme y ver que a tu lado se encuentra una princesa? ¿Había algo mejor que desayunar juntos, riéndonos, y demostrándonos através de nuestras sonrisas cuánto nos amábamos? Definitivamente no.
Fue el desayuno más largo de toda mi vida. Estuvimos exactamente tres horas intentando comer como personas normales. Es que, somos dos enamorados que lo único que hacían eran sonreírse, abrazarse y besarse, mientras que una bandeja doble de un curpulento desayuno intentaba llamar nuestra atención. Lo siento mucho, pero lo único que en ese momento llamaba mi atención era ella, y nada más que ella.
Finalmente, cuando decidimos que la comida tambien tenía derecho a ser valorada, colocamos la bandeja en el centro de la cama. Pero por supuesto...fue infaltable el toque Bill Kaulitz. La torpeza mía nunca falta, y menos cuando estoy con alguien que me importa. Terminé haciendo un papelón realmente digno de ser filmado por una cámara oculta de televisión. Toda mi taza repleta de café con leche, quedó plasmada en mi pijama. Si, no me equivoqué. Mi taza quedó plasmada junto al café. Ni siquiera el líquido sólo. ¡No! ¡Las dos cosas!
Realmente si digo hasta dónde me quemé, lo poco que me queda de caballero se esfumaría para siempre. Pero, la delicadeza es un don que gracias a Dios heredé de mi madre, entonces, supe manejar la situación, discimular que mi piel ardía por el café hirviendo que la recorría, y además, limpié todo rastro de líquido en la cama. ¡Bien Bill! ¡El primer desayuno con ella y por poco te quemás vivo!

Era el mediodía. Hoy debíamos partir para Francia. Se lo había comentado a Cami. Ella aceptó. Realmente, no se si era conciente del riesgo que corría. Si algún fan la veía...no sabría expecificar que sería de ella. Habría un complot en su contra. Soy capaz de afirmar que hasta podrían llegar a matarla. Varias novias de Tom recibieron incontables amenazas de fans. Realmente las jóvenes temían por sus vidas. Es que...el amor es ciego. Uno no se da cuenta de los riesgos que rozan tu persona, por que lo único que es importante, es estar con "esa" persona especial. En mi caso, no sólo era una persona especial, si no, que era mi alma gemela. Por eso, me importaba el triple si algo le sucedía. Procuraría no perderla jamás. Si es necesario, encadenarla y aferrarla a mí, pero el amor de mi vida no se iría de mis manos, jamás.

Realmente, entre mi princesa, Tom, y yo, pasábamos ratos geniales. Era difícil manejarnos en inglés todo el tiempo, pero ya estábamos bastante acostumbrados. En la mitad de los países que recorrimos debimos hablar inglés como si fuese nuestra lengua materna.
Al poco tiempo, se sumó Ivana a la conversación. Tom se había encargado de llamarla, para que antes de salir para el aeropuerto, pase por casa.
En el living de casa sólo se escuchaban risas, risas y más risas. Eramos un buen grupo. Tenía a mi hermano, a mi amiga, y a mi princesa ahí. Esto realmente es disfrutar de la vida...
De pronto, el sonido del teléfono principal de la casa nos interrumpió. Debía ser mamá. O tal vez Andreas.
Ivana decidió atender. Pocas veces Tom y yo atendíamos el teléfono. Simplemente no teníamos ganas de levantarnos de nuestras sillas. Sí, unos auténticos y verdaderos holgazanes.
Cuando Ivana colocó el tubo del teléfono en su oído, su expresión se congeló. No tenía expresión alguna en él. Era una cara nula, sin vida.
Mi hermano y yo no entendíamos nada. Ivana comenzó a agitarse, y le hizo un gesto a Cami para que se acerque. Ella tomó el teléfono y empezó a alzar el tono de voz. Ivana comenzó a caminar hacia nosotros.
-Ist...deine Mutter...- ¿¡Qué?! ¡Era la mamá de Cami! ¡No! ¡No, por favor! Era completamente obvio que estaba totalmente en desacuerdo con la huída de su hija. Era de esperar...pongámosnos en su lugar. Pero...sentía que me desprendían de ella. Pánico. Temor. ¡Terror! Eso era lo que sentía. Miedo, mucho miedo. Me estaban por quitar lo que me correspondía. No otra vez...no otro corazón roto. De esta no sería capaz de salir. Si alejaban a ella de mí, entonces, también, sería mi fin, por que ella me estaba enseñando a volver a vivir, y sin ella, mi vida no tendría sentido alguno.
Mi muñeca colgó el teléfono. Temblaba, y sus lágrimas no le permitían respirar correctamente. Se acercó a Ivana, la abrazó, y comenzó a hablarle. Las dos tenían los ojos fuertemente cerrados. No querían abrirlos. ¿Para qué? ¿Para abrirlos y chocar contra la realidad? No, gracias.
Ivana se giró hacia mí. Pocas veces...había sentido tanto miedo. No me quiten lo mío. No...
-Bill...Sie müssen zurrück...- Y finalmente mis miedos se habían hecho carne. Esa frase..."Ella debe volver" me destrozó, más que nada en este mundo. No podía hacer nada. No podía impedirlo, no podía frenarla. Sólo tenía que hacer una cosa...dejarla ir.
Ivana comenzó a explicarme, que su madre estaba furiosa, completamente enojada...y que si mi muñeca hoy no tomaba un vuelo hacia su país, comenzaría un juicio de inmediato.
Otra vez me quitan lo mío. Otra vez me destruyen. Otra vez...otra vez.
Estaba desganado, resignado. Poco a poco, las luces que encendían mi rostro, se apagaban. Sin ella, no había vida, no había luz, no había sonrisas, no había felicidad. Ella me había brindado en dos días, más felicidad que la que me pudieron haber dado durante toda mi vida. ¿Y ahora? La arrancaban de mis brazos violentamente, desaforadamente.
Ella vino hacia mí. Yo me abalancé sobre ella, dándole un abrazo tan, pero tan grande, que sentí como sus huesos habían crujido. Por favor, si esto era una pesadilla...ya era hora de que me despierten. Ella debía tomar un vuelvo hoy, ya, ahora. Besé su frente, sus mejillas, sus labios. Una y otra vez. Debía quedar claro que ella me pertenecía. Pero...su madre no lo entendía. Es amor. Puro amor.
Nos separamos. Los dos llorábamos a mares. Los dos sabíamos, que separados...no funcionábamos.
Ivana dijo que reservaría un vuelo para esta noche. Eso significaba, que hoy, el amor de mi vida se iría.
Era el peor día de mi vida, y siempre lo sería. Hoy que quitaron a mi muñeca, a mi princesa. Hoy me quitaron el alma, las ganas de vivir. Acababan de arrancarme la poca voluntad que quedaba en mi cuerpo. Ella era la razón por que la que yo seguía acá. ¿Qué sería de mí sin ella? Nada, absolutamente nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario